Práctica 6. Taller de Juegos de Mesa #INVTICUA25
Práctica 6. Taller de Juegos de Mesa
¿Qué
juegos de mesa conoces o juegas habitualmente? ¿Recuerdas algún juego cuando
estudiabas en el instituto?
Los
juegos de mesa nos acompañan desde la infancia. El parchís, Hundir la flota o
¿Quién es quién? forman parte de nuestros recuerdos de niñez. Sin embargo, esta
afición, en mi caso, no ha desaparecido, sino que ha ido transformándose.
Ahora, en cada reunión familiar, no falta una partida de bingo o de ¿Quién
soy?. En las quedadas con amigas, es imprescindible llevar una baraja de
cartas, el Tótem o La polilla tramposa. Es cierto que, durante mi etapa en la
educación secundaria, no recuerdo que se utilizara ningún juego de mesa como
recurso didáctico. Aun así, los juegos de mesa siempre se mantuvieron presentes
en mi vida, como una forma de ocio, conexión y diversión.
¿Qué
uso le das o darías a los juegos de mesa en tus clases? ¿Puedes trabajar la
lengua o la literatura?
Como
hemos aprendido en el máster y también en esta sesión, los juegos de mesa son
una herramienta muy útil para trabajar la lengua y la literatura, no solo en
Secundaria, sino en todos los niveles educativos. Yo integraría los contenidos
de Lengua y Literatura en las dinámicas de los juegos, como hizo nuestro
compañero Pablo con su propuesta de Timeline. En cambio, descartaría
utilizar dinámicas de juegos que no estén relacionadas con nuestra área de
conocimiento dentro de la asignatura de Lengua y Literatura. En otras materias,
como Tutoría, el uso de juegos puede ser muy beneficioso para reforzar habilidades
como el trabajo en equipo. En definitiva, se trata de una forma lúdica y
atractiva de presentar los contenidos, que puede acercar la asignatura al
alumnado y aumentar su implicación.
Comenta
algún juego de los vistos en clase u otros que conozcas y/o juegues
habitualmente.
Uno
de los juegos con los que trabajamos en esta sesión fue ¡Cuidado con
Beetlejuice!. Es un juego recomendado para mayores de 10 años, con una
duración estimada de 30 minutos y en el que pueden participar entre 2 y 6
jugadores.
La
dinámica es sencilla: hay dos montones de cartas. Uno contiene cartas que los
jugadores pueden conseguir reuniendo determinadas figuras con los ocho dados
que incluye el juego, y el otro reúne cartas de “castigo” que Beetlejuice lanza
sobre los jugadores si en la tirada aparecen más de tres letras B. Por turnos,
cada jugador lanza todos los dados intentando conseguir alguna de las cartas de
puntos y, al mismo tiempo, evitar sacar las temidas B, que provocan la
aparición del fantasma, dispuesto a atormentar a los participantes.
Se
trata de un juego rápido, familiar y muy entretenido, que, además de fomentar
la competitividad sana, logra unir a los jugadores en un objetivo común: acabar
con Beetlejuice.
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